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CGT – 62 / Parte de nuestra historia

Por HECTOR AMICHETTI *

El ’57

Hace 60 años, entre el 26 de agosto y el 5 de septiembre de 1957 sesionó el Congreso Extraordinario de la CGT auspiciado por la dictadura de Rojas y Aramburu con la esperanza de organizar una Central Obrera alineada con el régimen, viejo sueño del proyecto oligárquico a lo largo de la historia.

Fracasó rotundamente.

De aquel Congreso presidido por el Capitán de Navío Alberto Patrón Laplacette, surgieron las «62 Organizaciones» (mayoritariamente peronistas, pero integrada también en ese momento por comunistas e independientes).

En minoría quedaron los «32 Gremios Democráticos», sindicalismo «amarillo» como el color de los globos que agita en estos tiempos el gobierno de la contraofensiva oligárquica y antisindical.

El golpe gorila del ’55 había avanzado sobre las conquistas obreras del Peronismo, varios sindicatos habían sido asaltados por los «comandos civiles armados», todos los dirigentes que habían ocupado cargos sindicales entre febrero del ’52 y septiembre del ’55 estaban proscriptos y centenares de ellos permanecían en la cárcel.

Durante la primera mitad del año 1957 habían ido a la huelga los trabajadores de Aerolíneas Argentinas y los ferroviarios del Roca.

Los bancarios pararon en rechazo a una reducción salarial.

En Rosario, los obreros de Jabón Radical (Guereño SA), fueron a la huelga por el despido de delegados y en Tucumán, la represión a una medida de fuerza de los ferroviarios de los Talleres de Tafí Viejo, costaba la vida de Miguel Modesto Figueredo, un niño de 14 años.

En Buenos Aires, los barrenderos y recolectores de basura, en lucha por reivindicaciones laborales, crearon un Comité de Huelga en la clandestinidad, un millar de trabajadores municipales fueron presos, mientras los militares movilizaban carneros para cubrir los servicios.

Durante el mes de julio, un Plenario Nacional Intersindical de organizaciones gremiales y delegaciones regionales recuperadas, dispuso un paro general de 24 horas en todo el país reclamando la derogación del decreto de prórroga de los convenios, normalización de la CGT, cese de la legislación represiva, efectiva libertad de los presos sindicales y levantamiento de las inhabilitaciones.

Alrededor de 2 millones y medio de trabajadores y trabajadoras acataron la medida declarada ilegal por el gobierno.

El 15 de julio pararon los canillitas y el 22 de agosto los portuarios.

En los días de aquel Congreso de fines de agosto, la compañera Norma Ciorciari, delegada de los telefónicos informaba a los congresales sobre la lucha de su gremio en rechazo a los despidos.

Allí estaba un joven Agustín Tosco, quien junto al gráfico Estordeur y el metalúrgico Taborda integraban la Comisión Verificadora del Congreso.

Eleuterio Cardoso del gremio de la carne, el textil Andrés Famini, ambos peronistas, los socialistas Riego Ribas y Armando March, el anarquista José Grunfeld del sindicato de Despachantes de Aduana y dos jóvenes que serían públicamente conocidos en décadas posteriores: José Rucci y Casildo Herrera, fueron algunos de los protagonistas de aquel frustrado Congreso.

Como no podía ser de otra manera los muchachos de las 62 se despidieron cantando la Marcha Peronista.

En el mes de octubre, 40 gremios recuperados (integrantes de las 62), llamaron a un paro de 48 horas que tuvo unánime acatamiento.

El gobierno declaró el estado de sitio.

Durante la huelga los comandos civiles conducían medios de transporte y picaban boletos.

Mientras en Berisso los obreros de Swift iban a la huelga, una veintena de dirigentes sindicales dialoguistas, precursores del colaboracionismo suicida que perdura hasta la actualidad, se reunían con el tirano Aramburu para expresarle su preocupación por el aumento de un 30% en el costo de vida a lo largo del año.

La clase trabajadora en resistencia cerraría aquel año con un acontecimiento trascendental, reivindicado con entusiasmo en estos días por nuestra Corriente Federal de Trabajadores:

El Plenario General de Delegaciones Regionales de la CGT y de las 62 Organizaciones, que alumbró el histórico Programa de La Falda por una patria económicamente libre, socialmente justa y políticamente soberana.

Seis décadas más tarde, la lucha continúa.

* Secretario General Federación Gráfica Bonaerense  / Corriente Federal de Trabajadores.

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